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Denuncian que la nueva ordenanza de limpieza hace peligrar 300 empleos

Denuncian que la nueva ordenanza de limpieza hace peligrar 300 empleos

jueves 24 de julio, 2014

Empleos en peligro

300 empleos en peligro

24/07/2014. Alrededor de 300 empleos podrían verse destruidos de no dar marcha atr&...

24/07/2014.

Alrededor de 300 empleos podrían verse destruidos de no dar marcha atrás el Ayuntamiento de Sevilla a la obligación impuesta a los hosteleros de la ciudad -y también a los ciudadanos particulares- de entregar -y de forma gratuita, además- el aceite usado a una única empresa, Biouniversal. De no rectificarse, las empresas del sector, alrededor de una treintena de pymes en Sevilla, estarían abocadas al cierre, según denuncia la Asociación de Gestores de Residuos de Aceites y Grasas Comestibles (Geregras), que ha puesto en marcha acciones legales con intención de obligar al Ayuntamiento a dar marcha atrás a la medida.

Hasta ahora, y desde hace unos veinte años, cada empresa del sector de la hostelería entregaba su aceite usado a la empresa del sector de la recogida y reciclaje de las grasas comestibles que quería. Los hosteleros, además, recibían una compensación económica como propietarios de una materia prima que, una vez tratada -alrededor de 6.000 toneladas al año-, se transformaba en biodiésel, de cuya venta han venido viviendo estas empresas. La venta de este biodiésel les suponía, al conjunto de las empresas del sector en Sevilla, alrededor de 4,6 millones de euros al año, que ahora van a dejar de ingresar en conjunto, según ha denunciado Geregras, para que lo ingrese una sola empresa, Biouniversal, a la que el Ayuntamiento ha concedido el monopolio.

Y los hosteleros, por su parte, que son cerca de diez mil, según Geregras, también han dejado de ingresar la cantidad que, hasta ahora, les pagaban las empresas a las que representa Geregras por un aceite usado, que el Ayuntamiento considera "residuo" en su ordenanza -y en ello justifica su gestión unificada- y los empresarios "subproducto alimentario".

Según Geregras, la medida del Ayuntamiento, que apercibe a los hosteleros con sanciones si se niegan a entregar de manera gratuita su aceite usado a la empresa Biouniversal, dejaría sin actividad a unas 30 empresas sevillanas, que en la actualidad emplean a entre 250 y 300 trabajadores.

Los efectos de la ordenanza ya se han hecho notar. Las empresas que gestionan el aceite usado ya han perdido a más de cien clientes como consecuencia de lo que consideran una "expropiación forzosa de este subproducto" por parte del Ayuntamiento de Sevilla, que actúa "en contra del principio de libre competencia del mercado", según fuentes de la asociación, que también ha denunciado el caso ante la Agencia de Defensa de la Competencia de Andalucía.

"Geregras entiende que las actuaciones del Ayuntamiento lesionan los intereses legítimos tanto de las empresas autorizadas como de losempresarios hosteleros, quienes deberían poder entregar el aceite usado a cualquier empresa debidamente autorizada por la Junta de Andalucía, tal y como pone de manifiesto la Ley 22/2011 de 28 de julio de Residuos y Suelos Contaminados", han explicado las fuentes consultadas.

El artículo 102

El artículo 102 de la Ordenanza Municipal de Limpieza, antes de la modificación, recogía que "será responsabilidad del productor del residuo su gestión, debiendo acordar con Lipasam su entrega o bien través de gestores de residuos debidamente inscritos". Pero en su nueva redacción, el artículo 102 elimina la posibilidad de elegir, al especificar que "Lipasam establecerá los sistemas más adecuados para realizar la recogida selectiva de los aceites vegetales usados en domicilios particulares, así como en comercios, servicios, establecimientos de hostelería, y otros lugares asimilables, ya que la producción de aceite vegetal usado en estos establecimientos tiene la consideración de residuos municipales, estando por tanto obligados a participar en el sistema de recogida determinado por Lipasam".

La asociación Geregras entiende que el cambio que se ha llevado a cabo "puede ser constitutivo de delito". De hecho, la propia adjudicación del servicio a la empresa Biouniversal -a la que también le fue adjudicado el servicio en San Fernando y Puerto Real, en este caso sin concurso, donde también ha sido impugnada la adjudicación- se realizó hace poco menos de un año, cuando la ordenanza aún contemplaba la libertad de los hosteleros para elegir al operador, ha explicado a este periódico Carlos López, secretario general de Geregras.

El 8 de agosto de 2013 se publicó el pliego de condiciones técnicas y administrativas para la adjudicación de la recogida y el tratamiento de los aceites usados en Sevilla, "en pleno verano, para que pasara desapercibido", asegura López. El plazo para la presentación de ofertas terminó el 23 de agosto. Se presentaron dos, la de la UTE Gaveusa, y la de Biouniversal, a la que se le adjudicó. Esa adjudicación ha sido impugnada por la patronal del sector, al igual que la propia licitación, e incluso las bases, por entender que no se sostienen los argumentos para justificar el "servicio público"con que Lipasam defiende la modificación de la ordenanza.

En este sentido, Carlos López ha señalado que ni se ha puesto nunca en peligro la "seguridad alimentaria" -puesto que no existe ninguna denuncia de utilización del aceite usado en alimentación ni humana ni animal, ya que todo se destina al mercado de biosiésel, que es rentable-, ni hay lagunas en su "trazabilidad" -regulada desde la aprobación de la Ley 10/1998, que ya establece de qué modo hay que acreditar cada uno de los pasos por los que atraviesa el subproducto en cuestión-, ni es necesario "evitar vertidos a la red pública de saneamiento", puesto que los propios hosteleros reciben un beneficio enconómico por la venta del aceite usado, que no recibirían en el caso de que se deshicieran de él vertiéndolo por el desagüe.

La Asociación de Gestores de Residuos de Aceites y Grasas Comestibles entiende que tras la modificación de la ordenanza se esconde un afán recaudatorio por parte del propio Ayuntamiento. "No sólo hay una empresa que obtiene pingües beneficios económicos, ya que recibe de manera gratuita un bien que transforma en biodiésel y que luego venderá, sino que en contraprestación esta empresa le da al Ayuntamiento 0,15 céntimos por cada litro de aceite usado", explica Carlos López, además, claro está, de lassanciones económicas que amenaza con poner a los establecimientos que no entreguen su aceite usado a la empresa a la que Lipasam le ha adjudicado la recogida del aceite usado.

Fuente: Elmundo.es

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Asociación Nacional de Gestores de Residuos y Subproductos de Aceites y Grasas Comestibles