Cada día son más usuales y se encuentran en las gasolineras habituales.
Nuevas Energías para un transporte sostenible
Nuevas Energías para un transporte sostenible
miércoles 2 de marzo, 2011
02/03/2011.
Para los expertos, los combustibles alternativos capaces de sustituir al petróleo en el transporte son: electricidad/pila de hidrógeno, como opciones principales.
Ambos son portadores de energía universal y pueden ser producidos a partir de todas las fuentes de energía primarias. Además, sus emisiones de CO2 dependen sólo de la energía que sea necesaria para su producción.
Los biocombustibles también pueden técnicamente sustituir al petróleo en todas las formas de transporte. Los de primera generación se basan en los cultivos tradicionales. Son el biodiésel Fame (fabricado a partir de aceites de palma y soja de primer uso), el bioetanol y el biometano. Los de segunda generación se producen a partir de materias primas lignocelulósicas y residuos (Grasas Animales y Aceites Vegetales Usados). El informe añade que la producción de biocombustibles a partir de alimentos y cultivos energéticos es limitada por la disponibilidad de tierra, agua, por la energía y el rendimiento, así como por consideraciones de sostenibilidad. Los biocombustibles de segunda generación, a partir de desechos y residuos, también están limitados por la disponibilidad de estos materiales, aunque aportan una gran ventaja de gestión de esos residuos contaminantes.
Combustibles sintéticos, como una opción puente entre los fósiles y los basados en la biomasa, que pueden sustituir al gasoil y al combustible de los aviones. Se producen a partir de biomasa.
Metano, producido a partir de gas natural, o biometano, a partir de biomasa y residuos, como combustibles complementarios.
GLP (Gas Licuado de Petróleo), un subproducto de la cadena de combustible de hidrocarburo, procedente de petróleo o gas natural y, en un futuro, posiblemente de biomasa. Es actualmente el combustible alternativo más utilizado en transporte en Europa, puesto que da energía a 5 millones de coches.
Fuente: Intereconomía
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