Una joven depostia una botella de aceite usado en el contenedor de la calle Paseo de Pamplona de Tudela.
De la sarten al motor
De la sarten al motor
viernes 23 de diciembre, 2011
23/12/2011.
La Mancomunidad de Residuos de la Ribera espera recoger más de 10 toneladas de aceite de cocina usado al mes, después de colocar 50 nuevos contenedores para este fin. El residuo recogido se convertirá en biodiésel.
Un gesto tan cotidiano y aparentemente inofensivo como el de terminar de freír patatas y verter el aceite usado por el fregadero puede acarrear graves daños medioambientales. No es una exageración teniendo en cuenta que un litro de residuo de aceite tiene el poder de contaminar hasta mil litros de agua y que ese mismo material obstruye tuberías, actúa como imán para otros residuos y crea capas sobre el agua de los ríos que dificultan el paso del oxígeno impidiendo el natural desarrollo de los seres vivos de los cauces.
Para evitar esta cadena que comienza en la cocina de cualquier hogar de la Ribera, la Mancomunidad de Residuos se puso manos a la obra con una primera iniciativa, el Punto Limpio móvil en el que los ciudadanos podían depositar los recipientes en los que habían ido recogiendo regularmente el aceite doméstico usado. Sin embargo, el volumen de este residuo en la comarca y la posibilidad de ampliar la recogida con nuevas acciones, ha hecho que la entidad dé un paso más.
50 contenedores naranjas
La instalación de 50 contenedores naranjas para la recogida y posterior reciclaje de aceite doméstico en las 19 localidades integradas en la Mancomunidad de Residuos Sólidos de la Ribera permitirá, según las primeras estimaciones, recoger más de 10 toneladas de este residuo para transformarlo en biodiésel. El proceso se llevará a cabo en la planta de tratamiento que la empresa Ecogras tiene en Etxarri Aranatz y cerrará casi al completo, como anticipó la presidenta de la Mancomunidad ribera, Maribel Echave, el círculo de recogida selectiva y reciclaje de residuos que se inició en 1990 con la instalación de contenedores de materia orgánica.
Los nuevos recipientes naranjas servirán para depositar el aceite de cocina usado que, actualmente, entregaban los ciudadanos en el conocido como Punto Limpio móvil que, de momento, no desaparecerá. Sin embargo, a partir de ahora se facilita la operación y se ponen a disposición de los ciudadanos 50 contenedores de 900 litros de capacidad que permitirán recoger 10 toneladas mensuales frente a las 3 que hasta ahora se contabilizaban. Como explicó Fermín Corella, gerente de la Mancomunidad de Residuos de la Ribera, la empresa Ecogras se encargará de la recogida de dichos recipientes, cuando estén a un 75% de su capacidad, cada 14 días en Tudela y cada 28 en el resto de los municipios riberos, aunque la respuesta de la gente a la iniciativa podrá variar la periodicidad de esta operación. Precisamente, la presentación de los contenedores naranjas sirvió como herramienta de llamada para la concienciación ciudadana.
"Si se recicla el aceite de cocina usado se reduce la cantidad de CO2, se aminora la contaminación de los ríos, se evitan malos olores y, además se produce biodiésel contribuyendo así al ahorro energético", explicó Corella. Por su parte, el gerente de Ecogras, JXabier Muro, hizo hincapié en las garantías que ofrece este sistema. "Nuestra firma asegura la trazabilidad del residuo desde que el ciudadano lo deposita en el contenedor naranja hasta el reciclaje final", dijo. En cuanto a la potencialidad de este sistema, Muro desveló que "se estima que la cantidad de aceite por habitante al año son dos litros; y de cada litro de aceite usado doméstico limpio se logra un litro de biodiésel". Al hilo de este dato, Fermín Corella apuntó que con esas cifras en la mano, en la Ribera se podrían obtener 180.000 litros anuales de aceite de los contenedores.
De residuo a materia prima para combustible
La planta que Ecogras tiene en Etxarri Aranatz desde hace año y medio (aunque su actividad en el sector ronda las dos décadas) es el primer destino del aceite usado depositado en los contenedores naranjas de la Ribera. Como explica el técnico de Medio Ambiente de la firma, Horacio Goñi, "recoger aceite usado en lugares donde se produce mucho, como fábricas, restaurantes o bares es fácil, lo complicado está en acceder al que sale de los domicilios particulares ya que se trata de pequeñas cantidades y que están muy dispersas".
Con los contenedores naranjas se facilita ese extremo. "Ésa es la parte visible de la cadena, digamos la parte bonita. Dentro de los contenedores hay cubas a las que van a parar los recipientes que los ciudadanos depositan. Esas cubas son las que nosotros recogemos y traemos a la planta", apunta Goñi. Nada más entrar en la factoría, todo lo recogido se pesa para "saber qué cantidad de residuo bruto entra en la planta, es decir, envase y aceite". Siguiendo la filosofía medioambiental de la firma, el reciclaje se amplía a todo lo que entra en la planta. "Los envases pasan a un molino donde se trituran, luego se limpian con vapor y se escurren. Todo ese material, procedente principalmente de plástico y vidrio, se envía a gestores de envases que culminan el reciclaje", relata el técnico de Ecogras. En cuanto a la dinámica que se sigue con el aceite usado, Goñi comenta que se trata de algo "sencillo" y de la misma forma lo explica: "Sacamos el aceite del molino en el que se ha volcado en un primer momento y lo metemos en tanques para dejarlo reposar. A veces se calienta a 30 o 40 grados, como mucho, pero básicamente se trata de dejarlo quieto, nada más. De esta manera conseguimos que abajo quede agua, en medio el sedimento de las frituras y encima el aceite". Precisamente ese aceite limpio es la materia prima que se envía a las fábricas de biodiésel. Y, por fin, el ciclo se cierra.
Fuente: Noticias de Navarra
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