¿En qué consiste la conducción eficiente?

Conducir de forma eficiente puede ahorrarte sustos y dinero. Sustos porque promueve una conducción más segura, y dinero porque facilita un mejor aprovechamiento del combustible: mejor rendimiento con menor consumo. 

Se trata, por tanto, de un estilo de conducción que tiene dos objetivos principales: reducir el consumo del carburante y, en consecuencia, las emisiones de CO2, y mejorar la seguridad vial.

Según datos de la DGT, el 40,10% de vehículos del parque español tiene entre 10 y 19 años, y el 23,12% supera los veinte años de antigüedad. Además, el 99% lo constituyen vehículos con motor de combustión: el 46% de gasolina y el 53% de diésel. Todos estos datos evidencian la necesidad de poner en práctica los siguientes consejos de conducción eficiente.

¿Qué ventajas tiene la conducción eficiente?

Conducción más segura. Conducir con más tranquilidad también te brinda mayor capacidad de previsión. Se prima mantener una velocidad constante, la distancia de seguridad y la anticipación, tres elementos que son claves en la seguridad vial, teniendo en cuenta que la segunda causa de la siniestralidad es el exceso de velocidad y, la primera, las distracciones al volante.

Ahorro económico. El exceso de velocidad consume más combustibles afectando así al coste del mismo (pues hay un menor aprovechamiento y se recorren menos kilómetros con los mismos litros). Además, influye en el mantenimiento del vehículo, ya que el exceso de velocidad desgasta frenos, embrague, caja de cambios, motor…

Reducción de las emisiones de CO2. La reducción del consumo de combustible se traduce también en una menor emisión de gases de efecto invernadero.

Conducción más tranquila. Una de las claves de la conducción eficiente es evitar frenazos y acelerones. Dicho de otra forma, implica conducir más sosegada y tranquilamente. En este sentido, la actitud será tu mejor baza.

¿Qué partes del vehículo consumen más combustible?

Un buen mantenimiento del vehículo también facilita reducir el consumo de combustible. ¿Qué hay que tener en cuenta?

¿Qué ventajas tiene la conducción eficiente?

Conducción más segura. Conducir con más tranquilidad también te brinda mayor capacidad de previsión. Se prima mantener una velocidad constante, la distancia de seguridad y la anticipación, tres elementos que son claves en la seguridad vial, teniendo en cuenta que la segunda causa de la siniestralidad es el exceso de velocidad y, la primera, las distracciones al volante.

Ahorro económico. El exceso de velocidad consume más combustibles afectando así al coste del mismo (pues hay un menor aprovechamiento y se recorren menos kilómetros con los mismos litros). Además, influye en el mantenimiento del vehículo, ya que el exceso de velocidad desgasta frenos, embrague, caja de cambios, motor…

Reducción de las emisiones de CO2. La reducción del consumo de combustible se traduce también en una menor emisión de gases de efecto invernadero.

Conducción más tranquila. Una de las claves de la conducción eficiente es evitar frenazos y acelerones. Dicho de otra forma, implica conducir más sosegada y tranquilamente. En este sentido, la actitud será tu mejor baza.

¿Qué partes del vehículo consumen más combustible?

Un buen mantenimiento del vehículo también facilita reducir el consumo de combustible. ¿Qué hay que tener en cuenta?

El motor: Se debe revisar para detectar posibles averías que aumentan el consumo y las emisiones. Los niveles y filtros han de estar bajo control dada su influencia en el estado óptimo del motor.

Las ruedas: Se debe revisar que no haya una presión inadecuada. Si es inferior a la apropiada dificulta el avance del vehículo e implica consumir hasta un 6% más de combustible. Por el contrario, si es excesivamente alta, se puede producir un desgaste de la rueda de forma irregular y se disminuye su capacidad de agarre, lo que se traduce en menor seguridad.

La carga: El exceso de peso implica mayor consumo, por eso hay que evitar la carga innecesaria. Además, una mala distribución puede implicar más inestabilidad.

Ahorra combustible mientras conduces

Durante la conducción, se recomienda:

1. Mantener una velocidad adecuada y constante, de manera que el consumo se mantenga y los elementos del vehículo (frenos, embrague, caja de cambios…) se vean sometidos a menos desgaste y, por tanto, se generen menos costes en el mantenimiento del mismo.
2. Apagar el motor si las paradas superan los 60 segundos y detener el coche desacelerando y frenando suavemente, sin reducir previamente la marcha, siempre y cuando sea posible por velocidad y espacio.
3. No pisar el acelerador cuando se arranca el motor.
4. Usar solo la primera velocidad durante los primeros segundos después de arrancar –o los primeros seis metros de recorrido–.
5. Circular el mayor tiempo posible en marchas más largas y a bajas revoluciones.
6. Conducir con las ventanillas subidas. Bajarlas implica generar una resistencia al movimiento del vehículo, por ello se recomienda ventilarlo con los dispositivos de aireación.
7. Evitar frenazos bruscos y tener una circulación fluida, utilizando la inercia del vehículo para mantenerlo en movimiento.
8. No dejar que el depósito se vacíe más de la mitad y menos, dejar que salte la luz de reserva. Cuanto más vacío esté el tanque antes se evapora la el combustible y, por tanto, antes se agota. Además, llevar la reserva del depósito encendida perjudica el mantenimiento del motor.

Ecocombustibles: menos emisiones sin cambiar de coche

Los datos del parque móvil español son preocupantes en términos de seguridad y de sostenibilidad. La edad media supera los 13 años y eso es sinónimo de ineficiencia y riesgo, ya que no cuentan con los sistemas de seguridad más actuales.

El hándicap es la incertidumbre que plantea el futuro energético: los consumidores no saben qué tipo de coche comprar. Pero, ¿y si pudieran reducirse las emisiones de CO2 sin cambiar de vehículo? ¿Y si los coches con motor de combustión pudieran ser neutros en carbono?

Esto es posible gracias a los ecocombustibles, un tipo de combustibles líquidos que no se producen a partir de petróleo, sino de otro tipo de materias primas. Su principal ventaja con respecto a otras soluciones energéticas es que son compatibles con el parque móvil actual, esto es, que si tienes un coche de motor de combustión no te haría falta cambiarlo para reducir tus emisiones.

En datos, por cada 1% de ecocombustible que se añade a las mezclas de combustible con el que se llena el depósito se ahorran 800.000 toneladas de CO2.

Además, tampoco es necesario cambiar la red de distribución y de suministro, por lo que seguirían actuando como un vector de vertebración territorial gracias a la extensa red de estaciones de servicio ubicadas a lo largo del territorio nacional.

Podemos distinguir tres tipos:

Combustibles sintéticos: También se conocen como e-fuels. Se producen a partir de CO2 capturado e hidrógeno verde.

Biocombustibles avanzados: Se producen a partir de materias primas de origen biológico, principalmente residuos agrarios y forestales.

Otros bajos en carbono: Para cuya fabricación se usan residuos de origen no biológico, como plásticos.

Fuente: AOP.es