el reciclaje de aceite vegetal usado no solo tiene un componente medio ambiental, tambíen se utiliza para obtener biodiesel o jabones.
Reciclar aceite usado: para qué y cómo
Reciclar aceite usado: para qué y cómo
jueves 8 de julio, 2010
El aceite doméstico usado se puede reciclar y es una acción sencilla que favorece al medio ambiente por partida doble. Además de evitar que contamine ríos, suelos o perjudique las tuberías, se aprovecha para crear diversos productos ecológicos, como biodiésel o jabones.
Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, cada vez más municipios en España ponen en marcha algún sistema de recogida del aceite usado para su posterior reciclaje. Las posibilidades son diversas y, en algunos casos, originales, como cuando se combina ecologismo, espíritu empresarial y solidaridad. Los consumidores son esenciales, tanto para reciclar como para que se implanten en sus municipios estos sistemas.
Para qué sirve reciclar aceite usado:
Echar el aceite doméstico usado por el fregadero puede causar un importante impacto en el medio ambiente. En España, se estima que dos tercios de este residuo acaba en las alcantarillas, de manera que ocasiona diversos perjuicios: atascos en tuberías, trabajo extra para las plantas de tratamiento de aguas residuales, aumento de plagas urbanas, etc. Se estima que cada consumidor genera al año unos cuatro litros de aceite doméstico usado. En total, España mueve unos 180 millones de litros de aceite vegetal usado anuales.
Si este residuo llega a los ríos, se forma una película superficial que afecta al intercambio de oxígeno y perjudica a los seres vivos del ecosistema. Se estima que un litro de aceite puede contaminar mil litros de agua.
El aceite industrial, como el utilizado en la maquinaria pesada o en los automóviles, tiene aún peores consecuencias: dos litros son capaces de contaminar el agua de una piscina olímpica o la superficie de dos campos de fútbol. Su elevado contenido en metales pesados y su baja biodegradabilidad le convierten en una amenaza para los suelos, que pueden perder su fertilidad, y para las aguas, tanto superficiales como subterráneas, donde puede perdurar hasta 15 años.
Esta contaminación se puede evitar con el reciclaje, una práctica ecológica que en el caso del aceite usado tiene muchas posibilidades y beneficios. Por cada litro de este residuo se puede lograr un litro de un biocombustible para motores diésel. La ventaja es doble: se evita su impacto en la naturaleza y se crea una alternativa para reducir el uso de los combustibles fósiles convencionales.
Diversos sistemas permiten incluso producir este biodiésel en casa, pero se aconseja su elaboración en plantas industriales específicas para consumirlo con plenas garantías, como la de Montmeló (Barcelona), Alcalá de Henares (Madrid), Rograsa (Mérida, Badajoz) o Bionor (Berantevilla, Álava).
El aceite usado tiene otras muchas salidas. Industrias tan diversas como la química, la cosmética o la farmacéutica se aprovechan de este residuo para elaborar abonos, barnices, cera, cremas, detergentes, jabones, lubricantes, pinturas, velas, etc. En algunos municipios, como en Montgai (Lleida), han puesto en marcha un sistema de recogida de aceites usados para su posterior transformación en jabones. No hace muchos años se aprovechaba en las casas para elaborar jabón casero. Hoy en día, los partidarios de una limpieza ecológica en el hogar adquieren este tipo de jabones o los hacen ellos mismos, con sosa cáustica que puede adquirirse en cualquier droguería. Eso sí, conviene realizarlo con precaución porque es una sustancia muy corrosiva.
Cómo se recicla el aceite usado:
Los puntos limpios son instalaciones públicas pensadas para depositar residuos domésticos contaminantes, como el aceite, o voluminosos, pero requieren el esfuerzo del consumidor por desplazarse a ellos, ya que en general hay pocos y un tanto alejados de los núcleos urbanos.
Una opción más cercana y práctica para el consumidor son los contenedores urbanos. Algunos municipios, como Logroño, los ubican en unos pocos lugares concretos, como grandes superficies comerciales. En otros casos, como Bilbao, se colocan junto al resto de contenedores típicos de reciclaje. Su forma de distinguirlos es variada, tanto por su forma como por su color. En ocasiones, se opta por tonos vivos como naranja o rojo y, otras veces, se utilizan contenedores tipo con el nombre del residuo destacado. En algunas poblaciones se limita su entrega a ciertas horas específicas, como en Villa de Tegueste (Tenerife), pero en otras, como Galdames (Vizcaya), se puede entregar a cualquier hora del día.
Los consumidores tienen que guardarlo en unos envases cerrados que pueden ser de varios tipos. En algunos casos, el propio consumidor tiene que poner el envase (en general, botellas de plástico usadas) para llevarlo al contenedor. En otros casos, los responsables del reciclaje entregan envases de diversas cantidades para homogeneizar el sistema de recogida.
El aceite que se puede reciclar es el vegetal sobrante de la cocina, de frituras, grasas y asados, de alimentos enlatados, manteca de cerdo, o grasas estropeadas y caducadas. Sin embargo, no se debe depositar en estos contenedores el aceite de motor, grasas industriales o aceites con bases de petróleo. En este caso, la legislación obliga a los fabricantes a hacerse cargo de los mismos. Para ello, se ha puesto en marcha una entidad, Sigaus, que el año pasado recuperó, según sus responsables, 154.775 toneladas de este residuo, del que un 70% sirvió para obtener nuevos aceites.
Sistemas originales de reciclado de aceite
En cualquier caso, la concienciación de los consumidores es esencial. Además de llevar a reciclar su aceite usado, se puede solicitar a los responsables institucionales que implanten algún sistema de recogida, como los de otras localidades españolas, o que mejoren el sistema que ya se utiliza. Otra opción es respaldar iniciativas ciudadanas, como las de la asociación de vecinos FABZ de Zaragoza.
Enviado por: ECOticias.com / Red / Agencias, 24/06/2010
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