¿Será el HVO (aceite vegetal hidrotratado) el combustible del futuro?
10/06/2020
miércoles 10 de junio, 2020
Imagínate rellenar el depósito de tu vehículo con aceite de cocina usado. Sí, hablamos de ese aceite que se deposita en los puntos limpios después de guisar en casa. O el que utilizan en la hostelería, los restaurantes y las churrerías. Aunque todavía está en una fase muy inicial, algunos automóviles y camiones ya funcionan con este combustible limpio. El aceite vegetal hidrotratado (HVO, por sus siglas en inglés) es un hidrobiodiésel de origen renovable que en algunos países bálticos y escandinavos ha comenzado a hacerse un hueco en el mercado de la automoción.
Sus beneficios son numerosos. Por un lado, el HVO permite transformar de manera eficiente y sostenible un residuo orgánico (aceite y grasas que proceden de cocinas) en un carburante. Además, emite hasta 90 veces menos gases de efecto invernadero que un diésel convencional, ya que el hidrógeno es el agente catalizador.
Como tampoco contiene oxígeno ni azufre, expulsa menos emisiones NOx y partículas, y los vehículos arrancan mejor en frío. Aunque también ofrece algunos inconvenientes, son muchas ventajas como para no plantearse un posible uso en un futuro no tan lejano.
Algunos fabricantes ya han probado el HVO en sus vehículos y los resultados han sido más que satisfactorios. Hace pocos meses, Ford testó aceite vegetal hidrotratado en el motor EcoBlue 2.0 de sus furgonetas Transit. Las pruebas demostraron que no es necesario hacer ningún desarrollo adicional del combustible antes de que pueda usarse en los motores de estos vehículos.
También el Grupo PSA (Citroën, DS, Peugeot y Opel) ha confirmado que el HVO puede utilizarse sin problema en sus motores diésel Euro 5 y Euro 6 sin necesidad de efectuar modificaciones en el sistema de alimentación de combustible.
El uso de este diésel renovable y limpio sí está más desarrollado en el transporte marítimo, en autobuses y en camiones. Algunas marcas como Volvo, Mercedes-Benz y Scania ya lo emplean desde hace años en sus vehículos pesados. Porque hasta el momento, son las empresas de transporte las grandes usuarias del HVO.
De hecho, la principal productora mundial de HVO100 (es decir, de aceite vegetal hidrotratado en estado puro) es la petrolera finlandesa Neste. La compañía ofrece este combustible de forma pura en 70 estaciones de servicio de Finlandia, al igual que en todas las capitales bálticas (Riga, Tallin y Vilnius), y su objetivo es aumentar la producción y la apuesta por este diésel de origen orgánico en los próximos años.
¿Qué pasa en España? El aceite vegetal hidrotratado ya se utiliza desde el año 2011 para elaborar biodiésel, pero mezclado siempre con gasóleo de automoción. “Repsol, Cepsa y BP producen hidrobiodiésel en sus refinerías españolas. Introducen el aceite en el flujo de crudo, y obtienen la mezcla que después comercializan en sus estaciones de servicio”, explica el responsable de biocarburantes de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), Manuel Bustos.
Es decir, en España no está a la venta el HVO100, el combustible en estado puro. Además, la mayor parte del hidrobiodiésel que se produce procede de los aceites de colza, girasol y soja. El aceite de cocina usado juega un papel más residual.
“El HVO es un carburante caro de producir, porque el hidrógeno es un factor limitante en la producción, que es baja. Probablemente en el futuro adquiera mayor importancia”, vaticina Bustos, quien apunta una de las desventajas de este combustible limpio: su precio. “La inversión que las petroleras deben hacer para crear una planta específica de producción es mucho más elevada, lo cual es una barrera importante para dar salida a este producto”, señala.
De ahí que, hasta la fecha, casi todas las operadoras mundiales opten por mezclar el HVO con el gasóleo. Aunque hay excepciones. En Italia, la energética Eni ha transformado su refinería de Porto Marghera (Venecia), en una biorrefinería destinada a la producción de aceite vegetal hidrotratado.
En 2021, la compañía prevé que pueda procesar hasta 560.000 toneladas de materias primas anuales, la mayoría procedentes de residuos de la industria alimentaria, como los aceites de cocina usados, aceites vegetales y grasas animales. Un paso más hacia un futuro más limpio y sostenible, en el que la automoción desempeña un papel decisivo.
Fuente: elpais.com
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