El aceite de cocina usado seguirá jugando un papel fundamental en la fabricación de biodiésel.
14/12/2017.
jueves 14 de diciembre, 2017
Ni aceite de palma ni de soja, colza, girasol y canola. En su hoja de ruta hasta 2060, la Agencia Internacional de la Energía no cuenta con ninguna de estas materias primas para producir biocarburantes ya en 2040. Eso sí, los mantiene más o menos en las cuotas actuales hasta 2025, algo similar al crecimiento cero que propugna la Comisión Europea (3,8 por ciento en 2020), pero con la salvedad de seguir confiando en el etanol convencional hasta 2060.
Por el contrario, el biodiésel avanzado sería, con diferencia, el más beneficiado, acaparando más de la mitad de la demanda de biocarburantes para el transporte en 2060, a pesar de que los motores diésel siguen siendo cuestionados e incluso limitada su incorporación al parque automovilístico. Además, a la espera de otras materias primas residuales, son las grasas animales y el aceite de cocina usado las que más se usan para fabricar un biodiésel ajeno a cultivo que, sin embargo, no acaba de contar como avanzado.
Una porción importante de esos biocarburantes la cubrirán los destinados a la aviación. También el biometano se hará con un mercado notorio, muy destacado en 2040 y menos en 2060. Curiosamente, el etanol avanzado compartirá mercado casi a la par con el convencional.
No obstante, se manejan plazos más cortos para que este despliegue de biocarburantes adquiera un mayor protagonismo. Fatih Birol, director Ejecutivo de la AIE, sostiene que "los biocombustibles en el transporte necesitarían multiplicarse por tres en 2030, la mayoría provenientes de tecnologías avanzadas que utilizan materias primas no comestibles, incluidos residuos".
Fuente: energias-renovables.com
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