Las plantas de biodiésel necesitan tu aceite usado de cocina
18/05/2020
lunes 18 de mayo, 2020
Lorena Farràs Pérez
Las 19 plantas españolas productoras de biodiésel se han visto en serios aprietos durante el confinamiento por la Covid- 19. La demanda de biodiésel ha caído en picado por el menor tráfico (hasta un 68% se redujo el consumo de gasóleo en semana santa), pero de no haber sido así, a algunas de ellas les hubiese sido imposible satisfacerla. El cierre de hoteles, restaurantes y cafeterías les ha privado de una importante materia prima, el aceite de cocina usado.
Peor suerte han tenido las gestoras de este residuo. “Todas nuestras empresas asociadas han aplicado un expediente de regulación temporal de empleo (Erte)”, se lamenta Carlos López, responsable jurídico de la Asociación Nacional de Gestores de Residuos y Subproductos de Aceites y Grasas Comestibles (Geregras). La entidad engloba al 70% del sector de la recogida y gestión de este aceite en España.
El biodiésel se mezcla con el gasóleo (bizoo_n / Getty)
La práctica totalidad del aceite usado que se recoge se destina a la producción de biodiésel, un biocombustible que se mezcla con el gasóleo con el objetivo de reducir el consumo de carburantes fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero, además de diversificar las fuentes de energía. “En España se fabricaron 1,6 millones de toneladas de biodiésel el año pasado y el aceite usado contribuyó al 9% de esta producción”, indica Manuel Bustos, director de la sección de Biocarburantes de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (Appa Renovables).
Las bajas cifras de recuperación de aceite usado obligan a la mayor utilización de cultivos con finalidades energéticas. Por este motivo el aceite usado representa únicamente el 9% de la producción (aunque para algunas plantas supone el 100% de su materia prima). El tapón se encuentra en nuestras cocinas.
Alternativas
Las bajas cifras de reciclaje en los hogares obligan a importar aceite usado y a una mayor utilización de cultivos con finalidades energéticas
“El canal horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) recicla el 70% de su aceite y los particulares, el 10%, lo que nos lleva a que dos tercios del aceite usado acaba en las alcantarillas”, explica Carlos López basándose en los datos de los asociados de Geregras. Esta situación obliga a la importación de aceite usado, lo que abre el debate sobre si realmente este biodiésel supone un ahorro de emisiones de CO2.
Las importaciones abastecen la mitad del aceite que usan plantas de biodiésel españolas, calcula Bustos. Lo mismo sucede en el conjunto de Europa, donde las importaciones alcanzan el 62%, según datos del laboratorio de ideas o think tank Farm Europe. De este 62%, tres cuartas partes proceden de Asia, sobre todo China. De este modo, la escasez de aceite usado en las plantas de biodiésel no empezó con el cierre de hoteles, restaurantes y cafeterías en España, sino a principios de año, con el inicio de la pandemia en el gigante asiático.
Fomentar el reciclaje
“Se debería fomentar mucho más la concienciación sobre los peligros para el medio ambiente que tiene no reciclar este residuo y facilitar su reciclaje al ciudadano. La recogida funciona si al ciudadano le explicas las cosas y se lo pones fácil, pero las administraciones públicas no se implican”, denuncia López.
En los 'punts verds' de Barcelona, que ya han reabierto, puede depositarse el aceite usado (Mané Espinosa)
“Al desechar el aceite por el fregadero provocas que se atasquen las tuberías y los colectores municipales, lo que dificulta e incrementa los costes de los procesos de depuración de aguas residuales”, explica el responsable jurídico de Geregras.
López apunta a otra problemática: la eutrofización del medio acuático. Es el proceso de contaminación más importante de las aguas en lagos, balsas, ríos o embalses. Se produce cuando se forma una película en la superficie del agua. Esta película provoca un exceso de nutrientes que hace que las plantas y otros organismos crezcan en abundancia. Durante su crecimiento y putrefacción, consumen gran cantidad del oxígeno disuelto y aportan materia orgánica (fango) en abundancia. Ello afecta a la calidad de las aguas, que acaban adquiriendo un olor nauseabundo.
Nunca debería de tirarse el aceite usado por el fregadero, ni si quiera pequeñas cantidades, como las que pueden quedar en la sartén y que enjuagamos erróneamente con el grifo de nuestro fregadero. Un solo litro de aceite puede llegar a contaminar un millón de litros de agua, según el Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido (Defra).
Los objetivos europeos dictan que el objetivo de reciclaje de aceite de cocina doméstico debería ser del 60% en el año 2030. “Muy lejos del actual 10% y sólo quedan diez años”, advierte López.
Fuente: lavanguardia.com
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