Repsol reciclará aceite de cocina para duplicar su producción de biocarburantes.

Repsol prepara su próximo plan estratégico para el periodo 2021-2025. La petrolera, que presentará los detalles a mediados de este año, quiere poner el foco en la economía circular para alcanzar su objetivo de cero emisiones netas en el año 2050.

Para lograrlo, el consejero delegado, Josu Jon Imaz -que acaba de ser distinguido como uno de los pioneros de la lucha contra el cambio climático para 2020- pretende duplicar la producción de biocombustibles de alta calidad procedentes de aceites vegetales hasta las 600.000 toneladas al año en 2030, de los que la mitad se producirán antes de 2025 a partir de residuos.

La petrolera tiene previsto lanzar en pocas semanas una inversión en la refinería de Cartagena del orden de 150 millones de euros con la intención de incrementar la producción de esta planta. Para ello instalarán un nuevo sistema para producir estos ecocombustibles de segunda generación elaborados a través de grasas y aceites.

El objetivo es lograr una producción anual de unas 250.000 toneladas anuales. Actualmente Repsol está trabajando en la captación de socios para la recogida de aceites a la espera de que el Gobierno impulse el reciclado de los mismos por parte de los Ayuntamientos.

Aceite de cocina

A esta cantidad de la refinería de Cartagena se sumará la que ya está produciendo desde el pasado mes de abril Petronor, que ha comenzado a procesar aceite de cocina usado en las unidades de fabricación de diésel, dando un paso más como biorefinería.

Los aceites de cocina usados son valiosos como materia secundaria para la fabricación de biodiésel. Así, esta medida contribuye tanto a la reducción de emisiones derivadas de su inadecuada gestión como a los objetivos de renovables y biocarburantes avanzados y la reducción del riesgo de contaminación de aguas y acuíferos.

Petronor ya se convirtió en 2014 en pionera al procesar biocombustibles de 1º generación, aceite vegetal de palma, pero su uso se ha reducido por su implicación en el sector de la alimentación y ahora ha sido la primera en comenzar a tratar el aceite de cocina.

La industria del refino tiene capacidad de combinar el procesamiento del crudo con residuos y materias primas sostenibles de origen orgánico, además de seguir mejorando la eficiencia energética de sus procesos para integrar su cadena de valor con las de las plantas petroquímicas y de las otras industrias existentes en su entorno.

Planes del Gobierno

El Plan Nacional de Energía y Clima prevé la integración de materias primas bajas en carbono para producir combustibles líquidos mediante combustibles sintéticos o "e-fuels" a partir del CO2 capturado y del H2 verde; con el uso de biocombustibles avanzados a partir de residuos agrícolas, forestales o industriales y con otros combustibles bajos en carbono a partir de residuos no biológicos (plásticos, residuos sólidos urbanos).

El plan presentado por el Gobierno adelanta la obligación general de venta o consumo de biocarburantes. Para lograrlo prevé la adaptación del sistema de certificación para recoger de forma específica los biocarburantes avanzados y, en particular, el biometano inyectado en red. Un programa de ayudas para instalaciones de producción de biocarburantes avanzados. La promoción de las instalaciones de producción de combustibles renovables de origen no biológico. La promoción del consumo de mezclas etiquetadas de biocarburantes que permitan ofrecer esta posibilidad en estaciones de servicio, así como el establecimiento de objetivos específicos de biocarburantes en aviación.

Objetivos de la UE

En relación con el fomento del uso de biocarburantes, su impulso más reciente se plasmó a finales de 2015 (Real Decreto 1085/2015, de 4 de diciembre, de fomento de los biocarburantes) a través de objetivos anuales mínimos y obligatorios de venta o consumo (4,3%, 5%, 6%, 7% y 8,5%, para los años 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020 respectivamente). Los sujetos obligados pueden alcanzarlos de manera flexible a través de certificados de biocarburantes en diésel o en gasolina indistintamente pero España estaba lejos de cumplirlos.

La revisión de la Directiva de energías renovables establece un objetivo de renovables en el transporte del 14% en 2030 y, según Eurostat, en 2018 apenas se alcanzaba el 8%. Además, se fijan objetivos específicos de biocarburantes avanzados para 2022 (0,2%), 2025 (1%) y 2030 (3,5%). La consecución del citado objetivo general de energías renovables y, en consecuencia, la descarbonización del transporte se lograrán mediante la reducción del consumo (por ejemplo, fomentando el cambio modal) y con la contribución de distintas tecnologías (principalmente los biocarburantes y la electricidad renovable).

Actualmente, sumando las producciones de bio ETBE e hidrobiodiésel de sus cinco refinerías, Repsol es uno de los mayores productores de biocombustibles de Europa. En 2019, Repsol habrá puesto en el mercado 1.500 millones de litros de biocombustibles.

Desarrollo del biojet

Repsol está desarrollando la tecnología adecuada para la fabricación de biojet en sus refinerías. Durante los últimos años ha acometido un amplio programa de investigación en su Tech Lab, que se encuentra en Móstoles (Madrid), para determinar las materias primas más adecuadas, y las condiciones de operación de las plantas de proceso, de cara a fabricar biojet a partir de materia prima renovable. La introducción de biojet en el combustible de aviación parece la vía más adecuada para poder limitar y reducir las emisiones de CO2 de este sector. De hecho, la compañía llegó a realizar pruebas de vuelo en su día con Iberia en un vuelo de Madrid a Barcelona con un Airbus 320.

Fuente: eleconomista.es

Noticia relacionada: Repsol invierte 188 millones para producir biocarburantes con aceites de cocina usados